La fundición La Constante, levantada por la sociedad inglesa La Bella Raquel en 1845 fue, sin duda, la más importante fábrica metalúrgica de cuantas estuvieron en funcionamiento en el distrito de Hiendelaencina. En ella se beneficiaron, hasta 1926, fecha de su cierre, la mayor parte de los minerales de plata extraídos en aquellas minas, estimándose en cerca de 350.000 kilogramos la cantidad de plata obtenida a lo largo de su historia.
Ubicada junto al río Bornoba, aprovechó en un principio la fuerza hidráulica, para instalar más tarde, a comienzos del siglo XX, máquinas de vapor. Fue la primera fábrica española en emplear el método de amalgamación, llegando a alcanzar en su etapa de máximo apogeo una población cercana a las 100 familias.
Su periodo más brillante corresponde a la etapa en la que se hicieron cargo de la misma el ingeniero francés Bontoux y el financiero Rotschild (1889-1897), beneficiando escombreras y adquiriendo, más adelante, las minas Santa Catalina, Perla, Fortuna, Valenciana 2ª, Suerte, La Verdad de los Artistas y Santa Cecilia.
Tras diversas vicisitudes y cambios de propiedad, las instalaciones fueron clausuradas en 1926, quedando en la actualidad únicamente un escaso número de ruinas que para nada sugieren el esplendoroso pasado que la fábrica tuvo.
Por encontrarse dentro de una propiedad privada, el acceso se encuentra cerrado con una cancela, debiéndose solicitar autorización a los propietarios para poder visitar la misma.
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