El pozo comenzó a profundizarse por Hulleras de Sabero y Anexas en 1941 sobre la concesión Buronesa (registrada en 1890 con el nº 2871), entrando en servicio en 1945. Sobre su caña, de 6 metros de diámetro, se instaló un típico castillete metálico de los que entonces construía Duro Felguera, cuya principal característica son las articulaciones que sirven de unión de los montantes con los tornapuntas.
Dispuso de 7 pisos, de los que el 1º y 2º estaban abandonados; el 3º se dedicó a ventilación y los cuatro restantes a explotación. Su red de galerías llegó alcanzar los 12,5 kilómetros, midiendo 2,5 km la galería que lo unía con el pozo Herrera I. Del piso 1º partía un socavón de desagüe de 2310 metros.
Mina Buronesa: Pozo Herrera II
Castillete visto desde el foso de la máquina de extracción (Fot. A. Mario Fernández, 2013)
AccederEn 1968 se concentraron todos los trabajos de extracción del grupo en Herrera II, cerrándose los demás pozos cercanos y manteniéndose abierto el Herrera I como auxiliar para tareas de ventilación, desagüe y mantenimiento. En esta época, su producción media diaria estaba cifrada en 1200 toneladas.
Mina Buronesa: Pozo Herrera II
Locomotora del pozo expuesta en el museo de Sabero (Fot. A. Mario Fernández, 2013)
AccederFue definitivamente clausurado a finales de 1991, cuando ya había alcanzado una profundidad de 510 metros; sus instalaciones fueron desguazadas para ser utilizadas como almacenes industriales, desapareciendo también entonces la máquina de extracción, que procedía de la mina Sucesiva.