El yacimiento salino del Cabezo de la Sal, conocido y beneficiado desde el siglo XV, se encuentra ubicado en un domo salino de entre 3 y 4 kilómetros de diámetro, que se eleva hasta una altitud de 320 metros sobre el llano (893 metros sobre el nivel del mar). Su explotación organizada comenzó a mediados del siglo XIX mediante minería de interior, siendo 6 al menos las minas que beneficiaron la sal gema del yacimiento: Talía, Levantina, Enriqueta, Por si Acaso, No te Escaparás y Segunda Terrible. Sobre los años 20, eran Esperanza, Lealtad, Remedios y Segunda Terrible las que estaban en actividad, siendo ésta última la más importante de todas. Había sido denunciada en 1861, junto a otras seis más (Paz, Pobrecita, Diamante, Mosca, Sombrerito y Asalto).
Contaba con una galería de más de 60 metros, una bóveda de 25 y un frente de explotación de 10 metros. El mineral era llevado al exterior mediante vagonetas, y por medio de cintas transportadoras de madera, llegaba hasta las trituradoras emplazadas en la bocamina. Estuvo en actividad hasta 1973, fecha en la que Unión Salinera de España obtuvo la concesión de explotación, cambiándose entonces el método de obtención de sal por el de salmuera, que consiste en inyectar agua para disolver el mineral, bombeándola luego hasta unos depósitos de decantación para limpiarla de impurezas. Por último, la salmuera es conducida por una tubería (salmueraducto) de casi medio metro de diámetro y 53 kilómetros de longitud hasta las lagunas de Torrevieja, donde la sal es recuperada por el sistema tradicional mediante evaporación.
A la mina se llega tomando la pista asfaltada que desde la carretera de Rodriguillo a Algueña conduce a algunas de las canteras de mármol de la zona. Una vez superadas las Casas del Faldar, y a 700 metros a la derecha, nace el camino de tierra que nos lleva a la explotación.
Para acceder, click en las fotos.