Esta antigua mina, visitada por Bowles en 1752 y adquirida en 1796 por Juan Martín Hoppensak (técnico prusiano que dirigió el desagüe de las minas de Guadalcanal e investigó los cruces de filones de esta histórica explotación), estuvo en funcionamiento hasta comienzos del siglo XX. En ella aparecían, además de galena y blenda, otros minerales tales como gudmundita o pirargirita.
Cuenta con dos pozos, el San José y el Puerto Blanco, ambos de mampostería, que se encuentran a los dos lados de la carretera de Cazalla a Alanís, a unos 4 kilómetros de la primera localidad. El acceso a ellos está limitado por el vallado de las fincas donde se hallan.
Para acceder, click en las fotografías.