Otro Castillete-Florero: Pozo Federico (La Carolina)

martes, 1 de abril de 2008

A finales del año 2006, el castillete del pozo Federico, que hasta entonces estaba ubicado en la concesión La Alemana de la Cía. Minera Los Guindos, de La Carolina, fue desmontado y trasladado a su actual emplazamiento, una nueva rotonda frente al tanatorio municipal de Linares, donde no hay lápida ni cartel alguno que informe acerca de la procedencia del mismo. Simple decoración.


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La paternidad de semejante despropósito debe atribuírsele, por una parte, al alcalde de Linares, Juan Fernández (PSOE), quien lo adquirió al propietario de la finca, D. Blas García, y sobre todo, al entonces alcalde de La Carolina, el veterano Ramón Palacios (PP), en el cargo desde 1960. A este sempiterno alcalde, derrocado en las pasadas elecciones, le fue ofrecida la cabria, pero la rechazó, dejándole el campo libre a su colega de Linares, quien no desaprovechó la oportunidad y se lo llevó a su municipio. Con anterioridad, el alcalde linense ya había actuado de igual modo con el castillete del pozo San José (Matacabras), emplazado a poca distancia de donde ahora se encuentra el del pozo Federico. ¿Fijación por los castilletes-florero?

Siempre hemos defendido la necesidad de que los castilletes se mantengan en sus lugares de trabajo, empleando otros elementos para ornato de rotondas y jardines. Para eso, ya están las flores y los arriates de plantas ornamentales. Es lamentable llegar a las instalaciones del antiguo pozo y contemplar el estado de mutilación en que han quedado, al desaparecer la cabria. El daño que se hace con estas actuaciones es irreversible, innecesario y, en muchos casos, hasta ilegal. Proteger no significa intervenir (si es necesario hacerlo, que sea lo mínimo posible), desarraigar, manipular o como en este caso, trasladar. Conservar ya es por si suficiente.

El 16 de Octubre de 2006 se aprobó una resolución por parte de la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía por la que se incoaba el proceso para la inscripción genérica colectiva de 60 inmuebles del Patrimonio Minero Industrial del Distrito Linares-La Carolina, dónde el castillete figuraba catalogado con el número 28. Evidentemente, se llegó tarde para la protección de tan importante elemento minero. Ignoramos si esta catalogación, una vez aprobada, tendría efecto retroactivo, pero sería deseable que aunque así no fuere, se impusiese el sentido común y el histórico castillete retornase al lugar dónde siempre permaneció y que jamás debió abandonar, sirviendo además como “aviso para navegantes” y ejemplo de lo que no debe hacerse, por muy decorativo que pueda quedar en cualquier avenida.

Tampoco estaría de más que la Ley obligase a los propietarios de fincas donde se ubican este tipo de elementos, no solamente a proteger y conservar, sino también a facilitar el acceso a los mismos, siempre que existan causas que así lo justifiquen. Para llegar hasta algunos conjuntos patrimoniales mineros, especialmente de Andalucía, se hace obligatorio haber practicado antes los 1000 metros vallas. Lo que además de estar prohibido, es sumamente peligroso y desaconsejable.