Las minas de carbón de Saús pertenecieron a la Compañía de Carbones Asturianos hasta que, en 1893, fueron arrendadas por los hermanos Felgueroso, quienes las tomarían en propiedad en 1896. Alimentaban una central eléctrica, emplazada junto a la mina, que suministraba energía a distintas explotaciones de la zona, tales como Minas de Lieres, Aramil, Mosquitera, etc. Fue la primera mina adquirida por esta conocida familia minera, pagando por ellas 140.000 pesetas, y el comienzo de una larga andadura minera que, pasando por la explotación de minas diversas, entre las que destaca La Nueva, concluiría con la más emblemática de todas ellas: La Camocha.
El carbón llegaba al exterior mediante un pozo inclinado de 240 metros de profundidad y otro vertical. De este último solo pueden apreciarse en la actualidad algunos restos del castillete. En sus alrededores aún se conservan algunas edificaciones de la antigua mina (oficinas, escuela, casa de los Felgueroso, etc), destacando entre todas estas construcciones la central eléctrica con su gran chimenea de ladrillo.
Las minas fueron vendidas en 1920 a Duro-Felguera, quien las mantendría en funcionamiento hasta 1932.
En el camino conocido en la zona como la Ruta del Trole, que desde Tuilla nos lleva hasta las minas, perfectamente señalizado, nos encontraremos con el famoso “Mechero de Saús”. Se trata de un fenómeno natural aparecido tras el incendio de unos matorrales en 1978. Desde entonces, una llama arde en el interior de una pequeña gruta rocosa, en medio de un castañar, sin que ningún fenómeno atmosférico logre extinguirla. La emanación del gas, que en un principio se pensó que era grisú, es constante, llegando a alcanzar en determinadas circunstancias la llama una altura superior al metro.
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