La minería del carbón, principal destinataria de las lámparas de seguridad, parece tener su aparición en Escocia en el año 1.200. Con la profundización de los primeros pozos, en el siglo XVI, comienzan a manifestarse los primeros problemas derivados de la presencia de gases explosivos en las minas, teniéndose noticias en esta época de las primeras explosiones.