En Enero de 1893, don C. Gisbert Terol, propietario de una fábrica de librillos y papel de fumar de la localidad alicantina de Alcoy, presentó ante el Registro Oficial de Patentes y Marcas una solicitud de marca registrada que amparaba bajo el título de “El minero de Río Tinto” a uno de esos librillos.
En la portada de dicho artículo se representa a un minero, con cierto aire del “far-west” americano, llevando en sus manos un mazo y un típico candil de aceite. En la cara posterior se hace constar que el único punto de venta es el de José Mora Ortiz, de aquella localidad minera onubense.
Lamentamos que la calidad de impresión del Boletín Oficial de la Propiedad Intelectual e Industrial deje mucho que desear, cosa por otra parte comprensible teniendo en cuenta el tipo de publicación de que se trata, pero hemos considerado que la curiosidad que supone el mencionado grabado era merecedora de publicarse a pesar de sus deficiencias.