Antiquísimas canteras de yeso, citadas ya por Cavanilles en el siglo XVIII, dedicadas a la fabricación de cal para la construcción y a la extracción del alabastro con fines ornamentales. La fachada del Palacio del Marqués de Dos Aguas (1740), obra del escultor Ignacio Vergara, está esculpida con este material.
Una decena de frentes y algunos hornos, uno de ellos en perfecto estado, forman este grupo de pequeñas canteras, donde aún es posible encontrar grandes masas de alabastro junto a otras variedades de yeso, como el fibroso o cristalizado de aspecto lenticular.
La última etapa de explotación correspondió a la década de 1950-60, en la que la familia Borch, de Picassent, las trabajó.
Se accede a las mismas por la pista que nace en el km 6 de la carretera CV-415. A los trescientos metros de pista, una verja impide el paso de vehículos, por lo que se debe seguir a pie, pudiéndose rodear por completo el cerro para observar los distintos frentes de cantera y los hornos.
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