La mina está enclavada al pie de las canteras cuya piedra se utilizó para el relleno de labores en las distintas explotaciones de hierro de la zona.
Son varias las galerías aún reconocibles, en un pésimo estado de conservación, con grandes derrumbes que la entibación de madera no ha podido sostener. Una de estas galerías esta emboquillada en sus primeros metros con dovelas de hormigón, del mismo tipo que las empleadas en otras minas, como La Perdigona. En la explanada de las canteras existen gran cantidad de estos arcos de cemento que no llegarían nunca a ser empleados.
El acceso a las labores es extremadamente peligroso, por lo que desaconsejamos, con más énfasis que de costumbre, introducirse por ellas. La mina cerró, como el resto de las del coto, en 1968.
Se accede a El Telegrama por un camino de tierra que parte de la carretera Las Menas-Bacares, poco antes de llegar al Collado del Ramal.
Para acceder, click en las fotos.