Paseo fotográfico por un microcosmos del que deliberadamente hemos eliminado el color que irradia vida. Es el caos en estado puro, donde la ausencia del hombre y el silencio que envuelve a las máquinas vencidas suena a tañido lúgubre, a toque de muerte.
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En ocasiones, la luz pretende insuflar aliento entre tanta desolación; es solo espejismo de una realidad inexistente. Es abandono, es soledad. Solo momentos. Reflejos.
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Los objetos yacentes se desnudan ante la óptica sin pudor, orgullosos de mostrarse así, rotos por el olvido y mostrando heridas que el tiempo ya no restañará. Gesto, mueca, rictus.
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Es la mina en su agonía. Su oscuridad, su último grito. Engullida por óxidos voraces, manteniendo un esfuerzo inútil por conservar el músculo pegado a sus huesos.
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La telaraña del tiempo, en blanco y negro. La mina.
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Texto y fotos. J.M. Sanchis
Las imágenes han sido tomadas en las minas Aún hay Caso y La Serrana, de Teruel, en mayo de 2009.
