Esta singular ermita, dedicada a la patrona de los mineros, fue levantada en 1911 a instancias de la esposa del entonces director de las minas de Serón, el ingeniero Alfonso Sierra Joldi.
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Su estilo colonial, de clara inspiración centroeuropea, contrasta de modo muy notable con el resto de edificios de su entorno. Desde su construcción, la ermita sufrió innumerables destrozos y expolios, llegando a desaparecer la imagen de la santa, que fue sustituida años después por otra similar. En 1959, un violento huracán derribó gran parte de la torre-campanario; sería reconstruida al poco tiempo por tres trabajadores de la explotación minera (Manchón, Pelegrín y Herrero).
Tras el cierre de las minas, en 1968, la imagen fue trasladada hasta la casa del guarda, único habitante de las minas y llevada hasta Almería al fallecer éste, para terminar siendo restituida de nuevo a su antiguo emplazamiento años más tarde. En 2001 se procedió a una restauración integral del edificio, recuperando así su primitivo aspecto.