La sociedad formada por Gonzalo y Álvaro Figueroa unificaron en 1907 las explotaciones que beneficiaban los filones que dieron nombre al grupo, dotándolo de los más modernos sistemas de extracción, hasta que en 1913, tras ser absorbida su compañía por la Sociedad Minero-Metalúrgica de Peñarroya, se hiciera ésta cargo de todas las minas que conformaban dicho grupo minero.
Varios fueron los pozos que beneficiaron los filones de El Castillo y La Rosa: San Gil, Santiago, El Calvo, San Blas, Gavilán, San Ceferino, San Eugenio, San Felipe, Dolores, Mejorada, San Juan y el que hoy traemos hasta MTI: Santo Tomás. En 1925 se construyó en las cercanías del pozo San Juan un moderno lavadero para tratar todos los materiales procedentes de los diversos pozos del grupo.
Emplazado sobre la concesión Amistad, alcanzó una profundidad de 360 metros, y estuvo en actividad hasta el cese de los trabajos, por agotamiento de los filones, acaecido en 1948.
De esta mina solo se conservan, en estado ruinoso, la casa de máquinas y el edificio de oficinas y servicios del pozo. El brocal esta sellado por una losa de hormigón y frente a él aún existe una pequeña escombrera.
Datos históricos extraídos del libro La Minería en Sierra Morena. II.- El distrito minero de La Carolina, cuyo autor es Francisco Gutiérrez Guzmán.
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