Labores subterráneas llevadas a cabo por una empresa alemana entre 1938 y 1940 para la obtención de bismuto-wolframio y que en los años 70 volvió a ser trabajada, perforándose para ello un socavón desde el que se trazaron algunos recortes.
La galería principal, embocada en la cota 365 metros, tiene una longitud próxima a los 200 metros, en dirección E-O.
Se beneficiaron dos filones sub-horizontales, ondulados y encajados en cuarzo, con potencias de entre 10 a 80 centímetros, separados entre si por unos tres metros, si bien se unen en algunos puntos. Son subconcordantes con las pizarras y esquistos silúricos en los que encajan.
La wolframita aparece en bolsadas dentro de los filones capa de cuarzo, asociada a óxidos de hierro procedentes de la alteración de la pirita. Ocasionalmente, aparecen carbonatos de bismuto a los que pueden acompañar óxidos de manganeso y oro.
Se accede a la mina mediante una pista de tierra que, partiendo desde la localidad, se dirige al embalse de Zaos. Una vez recorridos 1600 metros, se encuentra la entrada principal, a la izquierda del camino, cerrada mediante un mallazo.
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