Esta antigua mina, situada en el paraje conocido como Acebuchares fue demarcada por Antonio Ochoa en 1892, sobre un filón de escasa corrida cuya producción fue más bien pequeña.
En 1911 pasó a ser propiedad de la Societé Belge de Minas de Linares, logrando aumentar sensiblemente su producción, superándose las 1000 toneladas. En 1925, y ya en manos de un nuevo propietario, se reprofundiza su pozo, hasta alcanzar los 380 metros en planta 15ª.
A partir de 1923 su rendimiento va disminuyendo paulatinamente, hasta que en 1927 sería cerrada definitivamente.
Se conserva el castillete de mampostería, estando cerrado el acceso a la caña del pozo mediante muros de ladrillo con tejadillo de uralita. En sus proximidades aún se pueden reconocer los restos del lavadero mecánico que fue instalado en 1926.
Los datos históricos predicen del libro de Francisco Gutiérrez Gumán “Las minas de Linares. Apuntes históricos”.
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