Los orígenes de La Perdigona se sitúan en 1874, cuando es demarcada por un vecino de Águilas llamado Alejandro Marín. Se mantendría en explotación hasta el cierre de todas las minas del distrito Serón-Bacares, acaecido en 1968.
Al igual que otras minas de la zona, cuenta con un primer tramo emboquillado con dovelas de hormigón, muy empleadas en la última época de laboreo. Tras ese primer tramo, el trazado de sus múltiples galerías continúa ya excavado sobre roca, con algunos sectores en los que fue necesaria la entibación de madera. La bocamina se encuentra situada a escasa distancia de la galería Carlos (Mina Jota), en el barranco de Menas, y aunque en un principio la entrada fue clausurada, hoy es perfectamente accesible, debiéndose extremar las precauciones a causa de los hundimientos.
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