La empresa Hullera Vasco-Leonesa se hizo cargo de las minas de Barruelo en 1966, con un ambicioso plan de Acción Concertada para rentabilizar y potenciar el carbón de aquellos yacimientos. Para ello se levantaron nuevos edificios de talleres y almacenes y se construyó el nuevo lavadero, que venía a sustituir al antiguo del sistema Beer, en funcionamiento desde 1908.
Sorprendentemente, la empresa presentaría un año más tarde un expediente de crisis que desembocaría en el cierre de todas las instalaciones, en 1972.
El nuevo lavadero entró en funcionamiento en 1967, y en la actualidad aún se conserva, siendo junto al edificio de otro de los antiguos lavaderos, el Evrard, construido en 1877, uno de los escasos vestigios de la actividad que permanecen en pie, destacando en el paisaje de Barruelo el gran silo de almacenamiento, el otro más reducido destinado a la primera criba y algunas cintas transportadoras.
Su uso se mantuvo hasta comienzos del siglo XXI.
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