La exclamación es, para los que día a día nos ocupamos de MTI, motivo de júbilo y, a la vez, respiro. Cambiamos, aunque solo sea por unas pocas horas, el ratón, la pantalla y el teclado por esas otras herramientas sin las cuales MTI no sería posible: la lámpara, el casco, el martillo y la cámara digital.
Volveremos con espíritu renovado, con nuevas imágenes para compartir, con una buen dosis de oxígeno en los pulmones y con algún que otro plato de ibérico degustado. Kilómetros, horizontes, metas, sueños…
Las minas, nuestras queridas minas, nos aguardan. Sería una descortesía hacerlas esperar. Por eso, y por mil motivos más: