La publicidad de lámparas de acetileno no fue frecuente en los años de máxima demanda de estos aparatos; aún así, algunas empresas llevaron hasta la prensa diaria sus productos. Tal es el caso de La Formal (Pza. de Santa Ana, Barcelona), quien en 1908 y 1909 publicó sendos anuncios acompañados de un texto que habla por sí solo, en el que se ofrecía una lámpara, posiblemente de uso doméstico, patentada por 20 años bajo la marca Noguera, y que según sus vendedores, era “el acabóse de la perfección”.
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La Cocina Moderna, tienda igualmente de Barcelona, ofrecía a sus clientes en 1908 más de 30 modelos diferentes de lámparas de acetileno, desde 2 pesetas unidad, junto con mecheros, carburo e instalaciones de alumbrado por acetileno.
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Un desconocido fabricante ubicado en la calle Tallers de la Ciudad Condal ofertaba en 1914 un nuevo aparato, incapaz de explotar, con una carga de carburo de 200 gramos para 6 horas de empleo, al precio de 7 pesetas. El anuncio compartía espacio con el conocido “Pectoral Richelet”.
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En 1916, Jordi and Ymbert anunciaban un modelo representado por ellos cuyo fabricante era el alemán Seippel, con características claramente mineras. Y ya en 1933, los Almacenes Alemanes de Barcelona ofrecían, entre orinales, cacerolas, calzoncillos o herramientas diversas, una lámpara de acetileno de gran tamaño, de las conocidas “de capilaridad”, al interesante precio de 2,75 pesetas unidad. Evidentemente, eran otros tiempos.
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Todos los anuncios referenciados fueron publicados en el diario La Vanguardia.