Esta mina, una de las más antiguas del distrito, fue demarcada por Francisco Íñigo el 16 de septiembre de 1844, apenas unos meses más tarde del descubrimiento por parte de Pedro Esteban Górriz de los ricos yacimientos de Hiendelaencina.
Se encuentra enclavada en el paraje de El Colaillo, muy próxima a las minas Mala Noche, Carolina y otras, y benefició el filón de su nombre, perteneciente al Primer Sistema, Primera Serie. Para su explotación, la empresa La Fuerza levanto sobre 1860 un imponente edificio para albergar el malacate, del que aún pueden contemplarse sus ruinas.
Una década después, la mina pasaría a pertenecer a la sociedad La Lealtad, quien trabajó, de forma alterna esta mina junto a San Luís, La Esperanza y La Poderosa, alcanzándose profundidades cercanas a los 100 metros. Todas estas explotaciones serían paradas en los primeros años del siglo XX. En 1903, la sociedad La Confianza realizó investigaciones en estas antiguas concesiones, sin éxito.
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