La zona, enclavada en el paraje o barrio de Los Perdigones, recibe este nombre por la empresa minera explotadora Cabarga-San Miguel, que benefició los cotos Dulce María y San Miguel, entre otros, y que acabó uniéndose con la Casa Menas para explotar de modo intensivo la mina Menas, convirtiéndose así en la empresa más potente del sector, hasta el cierre de las minas, en 1968.
Dispuso de cargadero y cable aéreo propio para llevar el mineral hasta la estación de Los Canos, contando además con instalaciones avanzadas, como fueron el hospital, transformadores eléctricos, viviendas o una gran tolva de mampostería en la estación del cable llamada Intermedia, desde dónde eran remitidos los baldes de mineral hasta el cargadero del ferrocarril, tras recorrer más de siete kilómetros.
Actualmente, de esta gran instalación apenas quedan unos cuantos edificios en ruinas y la gran tolva de mampostería, dentro de un cortijo.
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