Esta explotación, situada en el paraje conocido como El Raso, fue demarcada en 1852, trabajándose conjuntamente con la mina Vascongada, pertenecientes ambas a la misma empresa, dando muy buenas producciones hasta su paralización, hacia la última década del siglo XIX.
En 1900, las minas son arrendadas por la Sociedad Española de Minas (antigua La Regeneradora), quien intentó reparar, sin mucho éxito, los grandes daños producidos durante su inactividad, hasta que en 1905 se hizo cargo de la misma la recién creada sociedad “San Carlos y Vascongada”, encontrando la mina en un lamentable estado. Se instaló nueva maquinaria y se profundizó el pozo hasta los 488 metros, reanudándose de nuevo su laboreo y obteniendo cierta rentabilidad, hasta que en 1911, y por dificultades económicas de la empresa arrendataria, hubieron de ser paradas.
Junto a su pozo se levantó, en 1980, un lavadero igualmente llamado San Carlos, para la molienda y concentración de todas las escombreras de la zona, cerrándose a finales del siglo XX.
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