La necesidad de llevar hasta el mar, para su posterior embarque, los minerales procedentes de las ricas minas del Jaroso, hizo que la sociedad Uriarte y Cía., propietaria de diversas minas en la sierra, emprendiese la construcción de un cable aéreo para tal fin, en 1898. Tres años más tarde, esta sociedad sería integrada en otra, la Cía. Minera Cala de las Conchas, y en 1903, esta pasaría a unirse con la Scdad. Argentífera de Almagrera, quien en última instancia abordaría la construcción del cargadero y del ferrocarril necesario para llevar los minerales hasta él. La sociedad, bilbaína, explotaba en aquella fecha, entre otras, las minas Rescatada y Observación.
En 1908 comenzaron los trabajos, con la perforación de un túnel en la montaña y la construcción de tres hornos y un lavadero junto a la costa, bajando las vagonetas hasta los mencionados hornos mediante un plano automotor. Una vez calcinado el mineral, pasaba a una gran tolva, desde donde era llevado hasta el cargadero.
Este, del tipo cantilever invertido, fue construido por Chávarri, empresa que ya había levantado otros en el litoral almeriense, que tras algunas dificultades y retrasos en su montaje, sería inaugurado en 1912. Tenía 47 metros de largo y volaba sobre las aguas a una distancia de 14 metros.
Los problemas surgidos con el desagüe en Sierra Almagrera y la vertiginosa caída de los precios del metal acabaron con la minería de la zona, sucumbiendo con ella también, hasta desaparecer en fecha desconocida, el cargadero, hecho que probablemente ocurriría escaso tiempo después de su puesta en marcha.
En 1915 solo permanecían funcionando, y a duras penas, 26 minas, frente a las 112 de 1886.
Para acceder, click en las fotos.