La sociedad Fábrica de Mieres explotaba, a finales del siglo XIX, una mina de montaña de 15 pisos conocida como Mariana, transportándose el carbón desde los distintos pisos mediante planos inclinados exteriores hasta el más bajo, desde donde era enviado por ferrocarril hasta los lavaderos que la empresa poseía en Ablaña. Al disminuir la producción de la mina en sus niveles más elevados, se proyecto la construcción de un socavón que permitiese acceder a las capas de carbón a mayor profundidad.
El socavón Barredo, de 5 kilómetros de longitud, es el nivel inferior de la mina, y fue perforado a partir de 1920, poniéndose en funcionamiento tres años más tarde. La galería tiene una sección de 12 metros cuadrados, y dispuso de un cable flotante para arrastre de vagonetas. Su conexión con el primer piso se efectuaba mediante un pozo balanza, cuyo castillete ha desaparecido, distante 60 metros del eje de la galería y a 600 metros de la bocamina.
Junto a la entrada al socavón se encuentran las dependencias que albergaron en su día la lampistería y las oficinas para los vigilantes. Todos estos edificios, y la entrada principal al socavón, fueron restaurados en época reciente.
Como quiera que el socavón Barrredo fué el nivel más bajo accesible mediante galerías, la empresa decidió perforar un pozo vertical, cuyos trabajos comenzaron en 1937, finalizándose en 1941. Este pozo, denominado Barredo, seguiría en funcionamiento hasta 1995.
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