Mina de plomo cuyos primeros trabajos se remontan a épocas antiguas, habiéndose encontrado en los alrededores restos de una fundición, probablemente romana, para el tratamiento de los minerales procedentes de esta mina y de su vecina, Suerte.
C. Domergue menciona en su Catalogue des mines et des fonderies antiques de la Péninsule Ibérique la existencia de antiguas “rafas” sobre el filón que dio nombre a la mina, situando a ambas explotaciones en la margen izquierda del río Rivera de Huelva. Este mismo autor señala que el contenido en plata de dichos filones era de 600 a 800 gramos por tonelada, y que la galena venía acompañada de barita y cuarzo.
La explotación se mantuvo hasta finales del siglo XIX o comienzos del XX. En 1885, y ante la demanda presentada por el Conde de Bayona contra los entonces propietarios de la explotación, los hermanos García Gastón, se subastaron tanto la mina como todos sus enseres, exhaustivamente relacionados en el anuncio oficial que publicó el diario El Porvenir, de Sevilla, el 9 de enero de 1885, y que MTI se complace en adjuntar gracias a la gentileza de Ángel Domínguez, autor también de las fotos de campo, tomadas en 1994.
En el catastro de 1909, la mina, de 12 hectáreas, aparecía como propiedad de la Sra. Marquesa de Bertematí, de Jerez.
Todas sus instalaciones fueron reconvertidas años más tarde en un cortijo de labor, manteniéndose en relativo buen estado sus naves, la bocamina y la gran chimenea de la máquina de vapor.
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