Más conocida por Cova del Ocre, por hallarse la explotación en una cavidad natural que fue ampliada en su entrada para facilitar la actividad, esta mina de hierro suministró materiales a la siderurgia saguntina desde finales de los años 40 hasta el cierre de la factoría.
El mineral, hematites y limonitas, era llevado mediante mulas hasta la carretera, dónde era cargado en camiones para su transporte. La galería principal estuvo entibada y reforzada con pedriza en sus muros.
Se da la curiosa circunstancia de que en una pequeña sala, dentro del laberinto de cámaras y galerías que conforman la cavidad, fueron hallados en 1971 los cadáveres de dos supuestos ingenieros de minas catalanes, deduciéndose por los objetos y monedas que portaban que el fallecimiento se debió producir en el primer cuarto del siglo XIX, resultando verdaderamente extraño que durante todo el tiempo en que la cueva estuvo funcionando como mina, nadie hubiese reparado en esta pequeña cámara donde se encontraron los dos esqueletos.
A la Cova del Ocre se accede por una pequeña senda que arranca en la abandonada era del Mas de Beltrán, y que desciende hasta el fondo del barranco. Al Mas se llega siguiendo la pista que nace en el kilómetro 2 de la CV-193 (Lucena-Argelita), nada mas coronar el puerto de Les Coronetes. Tras recorrer 1900 metros, habrá que tomar el camino que sale a la derecha, para encontrar las ruinas de la masía a 700 metros más adelante.
En la actualidad, y debido a la exuberante vegetación, el acceso a la cueva resulta prácticamente imposible.
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