Pequeña mina de antimonio explotada a comienzos del siglo XX mediante una corta galería de 100 metros y algunas labores transversales. Acompañando a la estibina es frecuente la aparición de cinabrio, pirita y algunas sulfosales poco frecuentes.
La concesión Media Luna, de 4 hectáreas de superficie, perteneció al diplomático y empresario afincado en Santander Carlos Hoppe, que fue cónsul de Dinamarca y presidente de la Cruz Roja santanderina. Sobre los años 60 pasó a pertenecer a la empresa Minas de Tarna, SA, quien efectuó algunas labores de investigación en ella, sin resultados que aconsejaran su nueva puesta en marcha.
Se accede a la mina, cuyo estado de conservación es muy bueno, por un camino que parte del caserío de Riosol en dirección a los puertos, para abandonar poco después esta pista teniendo que acceder a las labores campo a través, en dirección W. La distancia desde Riosol hasta las labores y escombreras es de 2,5 kilómetros.
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