Las ruinas de esta mina se encuentran situadas en lo alto del barranco de Las Palomas, en Sierra Almagrera, siendo colindante con las minas Recompensa, Medio Mundo, La Manchega y Consejo. La explotación perteneció al Marqués de San Eduardo, y su superficie era de algo más de 4 hectáreas.
De ella apenas se conservan algunos restos: los muros de mampostería del castillete, algunas edificaciones auxiliares, la casa de máquinas (solamente unos muretes), el gran edificio de la mina y el brocal del pozo, con un impresionante refuerzo de ladrillo. Junto a estas ruinas aún se mantienen en pie los muros de una gran balsa de agua.
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