El descenso en la producción de carbón de las minas de montaña que en los años 20-30 poseía la empresa Fábrica de Mieres, S.A., obligo a esta a plantearse la necesidad de un pozo vertical que permitiese acceder a las capas más profundas del yacimiento.
Así, en 1937 se comenzó la perforación del Barredo, en el paraje mierense del que toma el nombre, finalizándose en 1940. La máquina de extracción, una Schalker Elsenhute de doble tambor de 4 metros de diámetro, impulsada por un motor Siemens, se puso en funcionamiento en septiembre de 1941.
El castillete, de 31 metros de altura total, está construido con perfiles de hierro en celosía y unidos mediante roblones, y fue instalado en 1941. Sus tornapuntas son sensiblemente más largos que las cuatro patas de apoyo, por encontrarse emplazado en una elevación y estar la casa de máquinas muy por debajo del embarque. Cuenta con dos poleas de 4 metros de diámetro, situadas a distinto nivel y casi mismo plano.
El pozo, de 6 metros de diámetro, es el más profundo de la cuenca del Caudal. Fue reprofundizado en 1981, llegando a 5ª planta, a 355 metros de profundidad, permitiendo la circulación de dos jaulas cuya capacidad era la de cuatro vagonetas cada una, en un solo piso.
En 1967, el pozo Barredo se integró en la empresa estatal HUNOSA, manteniéndose en funcionamiento hasta julio de 1995, fecha en la que cesó la extracción, pasando a emplearse como auxiliar de ventilación, desagüe y mantenimiento del pozo San Inocencio (pozo Figaredo de HUNOSA). En ese mismo año comenzó a ser utilizado como pozo de ensayos relacionados con la seguridad minera. En 2001 se creó la Fundación Barredo, para propiciar actividades de formación profesional y entrenamiento.
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