El pasado día 10 de abril, Emeterio Navarro, entusiasta investigador y vecino de la barriada de San Antón de Orihuela, daba a conocer a la opinión pública la existencia de un horno de aludeles en las cercanías de la población. El diario La Verdad recogía, en un amplio reportaje de Rocío Valle, los pormenores de esta instalación minera, que se mantiene en excelentes condiciones.
El horno Santa Matilde, bautizado así por la Sociedad Minera Virgen del Carmen, su propietaria, fue inaugurado el día 5 de marzo de 1888, y estuvo en funcionamiento apenas dos o tres años, ya que la explotación se cerraría nada más comenzar el siglo XX. La empresa minera, de capital alicantino, creada en 1886, invirtió en su construcción la cantidad de 30.400 pesetas, dedicándolo a beneficiar el cinabrio de la mina que portaba su nombre, cuyas galerías, practicadas a distintos niveles, se hallan en las cercanías del edificio.
Se trata de un horno de vaso único, a diferencia de los de Almadén, que eran pareados, teniendo por tanto solamente doce filas de aludeles dispuestas sobre dos planes inclinados que, naciendo en las camaretas de cabecera desembocaban en las cámaras de rabera, destinadas a recoger el mercurio mezclado con los hollines residuales. Los vapores procedentes del tratamiento del cinabrio eran enfriados por los aludeles, y el mercurio líquido recogido en estos de deslizaba por los planes hasta una quiebra, que mediante una canalización lo llevaba hasta la balsa de almacenamiento, en el interior de la casa de la mina.
La conservación de este horno, excepto algunos pequeños desperfectos, es extraordinaria, tratándose de uno de los escasos ejemplares que aún se mantienen en pie. Únicamente Almadén posee un Bustamante totalmente restaurado; en la Comunidad Valenciana solamente existen éste y el de Chóvar (Castellón), si bien este último está inconcluso y jamás llegó a emplearse, por lo que bien podría considerarse a Santa Matilde, salvo sorpresas, como el segundo a escala mundial.
MTI desea que la Asociación de Vecinos de San Antón vea pronto cumplidas sus aspiraciones, y que su trabajo y esfuerzo se vea finalmente recompensando con la atención, tanto por parte del Ayuntamiento de Orihuela como por la Generalitat Valenciana, que tan singular monumento histórico-minero merece.
A las instalaciones del horno de Bustamante de la mina Virgen del Carmen se accede mediante un sendero que nace desde el mirador del cerro del Oriolet, poco antes de atravesar el túnel de la N-340.
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