Dolomitas del Norte, S.A. inició la explotación de este cuerpo dolomítico (1956-1976), en la zona más occidental del valle vizcaino de Carranza, bajo la Peña Ranero. El material extraído en la corta principal era trasladado por medio de un sistema de cables aéreos hasta el barrio de Ambasaguas, donde se procesaba en los hornos para la obtención de briquetas para fundición (calcinación a 900°C) y de losetas refractarias (sinterización a 2.000°C).
Geológicamente, la cantera se abre en el flanco Sur del anticlinal de Carranza, constituido mayoritariamente por calizas urgonianas, correspondiendo su mayor parte a calizas arrecifales y paraarrecifales en el origen de las facies urgonianas. Estas se presentan en grandes bancos de estratificación masiva con intercalaciones locales de calizas blancas y negras con estratificación paralela en niveles de orden métrico. Quizás el hecho más relevante sea la presencia de franjas irregulares de dolomitización a favor de las zonas de fractura, generadas por la circulación de fluidos hidrotermales.
El 28 de diciembre de 1957, tras explosionar uno de los barrenos, los trabajos toparon con una cavidad kárstica que hoy se conoce como Cueva de Pozalagua, famosa internacionalmente por una de las concentraciones de excéntricas más importante del mundo. El proceso de dolomitización de la zona motivó una acción de cavernamiento a gran escala como es el caso de la citada Cueva de Pozalagua y la Torca del Carlista. Esta última, a unos centenares de metros y sólo apta para espeleólogos, está considerada como la mayor sala de Europa y tercera del mundo, con unas dimensiones de 500 x 230 y 125 m de altura máxima. La Cueva de Pozalagua no se abriría con fines turísticos hasta 1991.
Desde 1991, la excelente sonoridad de la abandonada cantera Donosa motivó a las autoridades locales a iniciar en ella el Festival de Música de Verano de Pozalagua, que se celebra desde entonces con carácter anual, durante el mes de julio. El año 2003 el ayuntamiento se plantea la restauración de la antigua cantera conjugando una funcionalidad recreativa con su historia minera. No es hasta 2007, con motivo del 50 aniversario del descubrimiento fortuito de la Cueva de Pozalagua cuando se inaugura el auditorio tallado en la roca calizo-dolomítica de la vieja cantera. El coste de la actuación fue de 1’8 millones de euros financiados por la Diputación de Vizcaya y el Gobierno Vasco.
El resultado de dicha actuación es el que podemos ver hoy y el que os mostramos en este reportaje. El elemento más significativo del conjunto quizás sea la aparición, tras los cortes con hilo de las verticalizadas paredes de cantera Donosa, de grandes superficies de "dolomía cebra" analizadas en su día por el profesor R. Swennen, de la universidad Katholieke de Bélgica. En ellas se aprecia, a escala real, el avance y desarrollo de los procesos de dolomitización que se produjeron en la zona, configurando un afloramiento rocoso único por sus valores científicos y didácticos. Hoy es punto de visita obligado de profesores y estudiantes de numerosos países, siendo los más asiduos belgas y canadienses.
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