Mina de cinabrio conocida desde época antigua, cuyos orígenes bien pudieron ser romanos. A partir de 1943 fue explotada por la empresa Minas del Rey S.A., manteniéndose en actividad hasta comienzos de los años 70 del pasado siglo XX.
En 1957 la empresa explotadora instaló una batería de hornos para el beneficio del azogue, procediendo además a la electrificación de la mina y sus instalaciones anexas mediante un tendido eléctrico y la construcción de su correspondiente centro transformador.
En la actualidad podemos reconocer tres socavones, colapsados a pocos metros de la entrada, y los restos del plano inclinado, en pésimo estado, que unía los distintos niveles y que transcurre en parte bajo la carretera de acceso al puerto del Pando.
Entre los minerales presentes destacan: cinabrio, rara vez cristalizado, fluorita, calcita espática, rejalgar y estibina. Los filones, de hasta 15 centímetros de potencia, aparecen entre las calizas negras, siendo recorrido el más importante de todos ellos por el plano inclinado anteriormente citado.
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