Fue construida por Francisco Scolto en 1841, junto a la Rambla de Mulería en el poblado de Los Lobos. Contó en principio con tres hornos de manga, uno de reverbero, cuatro de calcinación y dos copelas. Sobre el Cabezo de las Chimeneas se levantó la gran chimenea de evacuación de humos que aún se conserva.
En 1850 esta fábrica fue adquirida por una familia de fundidores, los Soler, pasando a denominarse Fundición Soler, y veinte años más tarde pasó a ser propiedad de la sociedad Viuda de Lavernia, rebautizándola como Fundición San Antonio. Cesó definitivamente la actividad a finales de 1880.
Además de su chimenea, rodeada de naves agropecuarias de reciente construcción, es posible reconocer en su entorno los grandes escoriales y algunas trancadas o galerías de humos.
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