En el mes de marzo de 1947 comenzaron las obras de profundización de este emblemático pozo situado en la turonense barriada de San Francisco, en pleno casco urbano y junto al colegio La Salle, llevadas a cabo por la entonces propietaria del mismo, Hulleras de Turón.
En 1949 ya se habían alcanzado los 250 metros de profundidad, llegándose años más tarde hasta los 550 metros. En 1955 se levantó el castillete, de 25 metros, y se instaló el guionaje, siendo inaugurado el 25 de septiembre de 1957 por los ministros de Industria, Joaquín Planell, y de la Gobernación, Camilo Alonso Vega. Sus instalaciones fueron consideradas entonces como las mejores de España en su género, y una de las mejores de Europa, contando con importantes sistemas de automatización, como el embarque, cuyas dos jaulas podían elevar una carga máxima de 11358 kilogramos. La máquina de extracción fue una Robey de 950 HP.
Hulleras de Turón fue incorporando sucesivamente mejoras en la explotación, como el inicio de la entibación con cuadros metálicos (1958), estando considerada como la segunda empresa minera del país. En 1960 tenía una plantilla de 6400 obreros. En 1968 pasaría a formar parte del grupo estatal HUNOSA, quien mantuvo la actividad en el pozo hasta el día 11 de enero de 1993, fecha en la cual fue clausurado.
Tras algunos años de abandono, en los que el óxido y los expolios hicieron mella en las instalaciones, se decidió en 2008 la restauración del castillete y parte de sus instalaciones, como el embarque, el basculador y la cadena de arrastre, entre otros, además de una completa urbanización de todo su entorno, obras que en 2010 estaban prácticamente finalizadas.
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