Esta antigua mina de mercurio, situada en el Cerro de Gilobreros, dentro de la Dehesa de Castilseras, fue descubierta en 1779 por el Oficial de Minas D. Pedro Sánchez Aparicio. Las investigaciones comenzarían en 1780, deteniéndose 4 años más tarde, para ser nuevamente retomadas en 1793, hasta que en diciembre de 1794 se encontró mineral de gran pureza y en gran cantidad, a 25 metros de profundidad. Se la denominó La Nueva Concepción para distinguirla de otra, situada en la misma población de Almadenejos, llamada La Concepción, llamada más tarde Vieja Concepción, que cerró en 1800.
La explotación de este rico yacimiento, el tercero en importancia del distrito por su volumen de reservas (185.000 frascos), comenzó en 1775, manteniéndose hasta su cierre, producido en 1861, exceptuando un periodo de cuatro años de inactividad a causa de la invasión francesa. En la primera época, las leyes en mercurio alcanzaban el 10%, disminuyendo progresivamente hasta quedar por debajo del 5%, e incluso no superando el 1% en determinados momentos.
Varios fueron los pozos perforados: Concepción, Arado, Refugio, Gavilán y San Carlos (en 1861 su profundidad era de 142 metros), siendo este último el más conocido gracias al edificio que albergó el baritel de su mismo nombre, cuya construcción data de 1822 y que aún puede contemplarse hoy en día. Se trata de un ejemplo casi único de este tipo de arquitectura industrial a escala mundial. El pozo Refugio dispuso también de otro similar, ya desaparecido.
El cierre de la mina se produjo debido al bajo rendimiento de la explotación, al sobrepasar los 50 metros, aunque hubieron intentos posteriores en épocas recientes para su reapertura. En 1943 se reprofundizó en 40 metros el pozo Refugio, sin obtener un gran resultado. La mina se desaguo de nuevo entre 1960-1967, para poder llegar a las labores del pozo San Carlos y efectuar un detenido reconocimiento que tampoco resultó satisfactorio. La última intentona se produjo entre 1987-88, pudiéndose llegar a casi todas las plantas, salvo a las más profundas (la 6ª y su subnivel). Los resultados también fueron negativos.
MTI agradece a J.L. Chamero el amplio reportaje gráfico que ilustra este post.
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