En 1699 se descubrió en Almadenejos un rico yacimiento de cinabrio que fue registrado con el nombre de Concepción, y que se mantendría en explotación hasta 1800. La mina sería llamada más tarde Vieja Concepción, para distinguirla de otra descubierta en 1799 llamada La Nueva Concepción. En su entorno se construyeron una serie de chozas para albergar a los mineros, que más tarde serían reemplazadas por edificios de obra, dando así origen al pueblo de Almadenejos. Entre 1755 y 1757 fue levantada la muralla defensiva que rodea toda la población, así como también el hospital de mineros. De la construcción se ocuparon los mineros de Almadén, en paro forzoso a causa de un terrible incendio en la mina que tardó 30 meses en ser sofocado.
Para la destilación del mercurio se construyeron varios hornos de aludeles, de los cuales algunos aún se conservan. En 1709 eran dos pares de hornos los que trabajaban; en 1799 cuatro, en 1850 cinco, siendo definitivamente seis (pareados) el número de hornos construidos en el Cerco, de los cuales cinco se conservan en relativo buen estado. En 1855 solamente funcionaban dos, según la Memoria de F. Bernáldez y Rúa Figueroa, publicada en 1861. En su época de mayor actividad los hornos de Bustamante dieron ocupación a más de cien hombres y a un gran número de niños. El mineral llegaba desde las tres grandes minas de la zona (La Nueva Concepción, Valdeazogues y El Entredicho) mediante carretas tiradas por bueyes.
Dada la pobreza de los minerales a tratar, estos solamente se dividían en dos clases: el mediano y china y el bacisco y tierras. Tanto la morfología de estos hornos como su sistema de funcionamiento eran en todo semejantes a los de Almadén.
Los muros del cerco (los recintos de beneficio estaban fuertemente protegidos y vigilados para evitar robos y fraudes) miden tres metros de altura, existiendo siete puertas, todas construidas con ladrillos. Excepto la de acceso al interior del recinto, al W, las demás fueron tapiadas a comienzos del siglo XX, poco tiempo después de detenerse la actividad de los hornos. Al sur de los estos se encuentran las ruinas del edificio de envasado del mercurio, formado por un par de naves separadas por arcos y dos plantas sustentadas con vigas de madera. De la carpintería y la herrería no queda rastro visible.
El reportaje gráfico que presentamos es obra de J.L. Chamero.
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