Este conocido pozo minero asturiano se encuentra enclavado en el valle de su mismo nombre, y fue perforado por la entonces sociedad propietaria, Carbones Asturianos, en los primeros años de la década de los 40. La empresa carbonera había sido creada en 1890 por Horacio Echevarrieta y Compañía.
La profundización del pozo vertical se comenzó a finales de los años 30, y tras su puesta en servicio se fueron clausurando las explotaciones de montaña. En 1967, los activos de Carbones Asturianos pasarían a integrarse en la empresa estatal HUNOSA. A partir de los 70 se concentraría toda la producción del valle del Candín en el pozo Samuño, empleándose como auxiliar a su vecino San Luis.
El primitivo castillete (1943), de perfiles de hierro roblonados, sería sustituido por otro más moderno en 1985, con estructura de acero laminado y de una altura aproximada de 20 metros. Presenta una peculiaridad que le hace distinto a la mayoría de los castilletes asturianos: sus dos poleas se encuentran en un mismo plano. El embarque se halla protegido por un cobertizo. También resulta notable su casa de aseos, levantada en 1970, de contorno circular y de dos alturas, dotada de amplios ventanales.
La actividad extractiva del pozo terminó el 31 de diciembre de 2001, aunque se ha mantenido como auxiliar del pozo María Luisa. Bajo él puede contemplarse la histórica bocamina Emilia, socavón abierto en 1904 por Carbones La Nueva, para dar salida a los carbones de sus explotaciones de montaña, cayendo en desuso tras la puesta en servicio del pozo San Luis.
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