Pequeña mina de azufre, situada en pleno casco urbano de Jerez de la Frontera, que fue denunciada a comienzos del siglo XX por el vecino de la localidad Antonio Pérez Nieva. Su número de registro fue el 421, y sus 25 hectáreas quedaron inscritas como de “azufre y otros”.
De la explotación no queda absolutamente nada: solo un gran solar sobre el cual posiblemente se acabe edificando en un futuro próximo. El azufre aparece diseminado entre una arcilla de color negro, y en ocasiones se presenta cristalizado. Es posible hallar también pequeños cristales de cuarzo biterminados, con coloraciones que oscilan entre el blanco o el anaranjado hasta el salmón, pasando por todas las tonalidades intermedias.
La explanada dónde estuvo emplazada la mina se encuentra junto a la rotonda formada por las avenidas de Puerta del Sur, Libertad y Alcalde Cantos Ropero, junto a una gasolinera.