Las minas de Peña Rubia habían sido denunciadas en 1838, perteneciendo a un grupo extranjero hasta que, en 1854, dos capitalistas franceses las adquirieron, constituyendo para su explotación la Sociedad Minera La Justa, cuyo director fue Luis Adaro y Magro. En 1886, La Justa se uniría a las minas Mosquitera y María Luisa, creándose entonces la Unión Hullera y Metalúrgica de Asturias, sociedad que en 1906 se fusionaría con la S. Metalúrgica Duro Felguera, y de la que Adaro sería su primer Director General.
Se desconoce la fecha de construcción del socavón, emboquillado con ladrillo, aunque por las iniciales de la empresa, U.H., que en él figuran, debió de ser posterior a 1886. Esta bocamina accede al primer piso del grupo, que contó con lavadero propio, cargadero sobre el ferrocarril del Norte, hornos de coque y una cooperativa que resultó destruida tras una riada, a finales de los años 30, fecha en la cual se produjo también el cierre de la mina.
Próximos al socavón se encuentran los cuarteles de Peña Rubia, levantados en los años 20 del pasado siglo, que sirvieron para albergar a los trabajadores del grupo.