Explotación de plomo y cinc cercana a la antigua mina de Santa Catalina, enclavada en el paraje Quinto de la Nava. Fue registrada a comienzos del siglo XX por Severiano Sánchez y se le otorgó el número 6211. En 1909 la mina pasó a pertenecer a la sociedad La Taurina Cartagenera, cuyo principal accionista era Hilarión Aguirre, quien poseía, además, otras minas del entorno, como El Bombero y Rafaelita. En El Bombero se perforaron dos pozos, Manolo y Justina, abandonándose al poco tiempo los trabajos, y en Rafaelita se perforó uno de 50 metros con pequeñas galerías que dieron resultados negativos.
En Bombita se empleó para la extracción un pozo vertical, con cinco plantas. A partir de la 5ª, situada a 150 metros, se profundizó hasta los 235, abriéndose dos traviesas, una a 190 metros y la otra al final del pozo, cortando ambas el filón, explotado principalmente en la rama central, con una potencia entre 40 a 60 cms, y que llegó a proporcionar hasta 4 kilogramos de plata por Tm.
Los minerales presentes en la mina son esfalerita, galena, pirita, bournonita, piromorfita, calcopirita, siderita, malaquita, cuarzo y óxidos de hierro.
La mina cerraría a comienzos de los años 30. En un estudio efectuado en 1951, se estimó que el volumen de sus escombreras alcanzaba los 14000 metros cúbicos.