Las antiguas minas de Riosa, en explotación desde los años 40 del siglo XIX, fueron adquiridas por Minas de Riosa S.A. en 1899. Tras diversos cambios de propiedad se hizo cargo de las mismas en 1914 la compañía Hulleras de Riosa. Sus propiedades pasarían a pertenecer a Ensidesa (INI) en 1952. Al iniciarse la extracción por el pozo Monsacro, en 1959, toda la minería de montaña fue abandonada.
En 1917 se fundó la sociedad Mina de la Esperanza, que explotaría la mina de su mismo nombre hasta 1930, fecha en la que la empresa fue disuelta.
De la explotación, enclavada junto a un área recreativa, solo ha sobrevivido su bocamina, y en sus proximidades aún es posible reconocer la maquinaria de uno de los planos inclinados por los que se bajaba el carbón al valle, además de alguna que otra bocamina de Hulleras de Riosa y los túneles y el trazado por el que discurría el ramal minero del ferrocarril de Loredo, que llevaba el carbón hasta la estación de La Pereda.
