Antiguas minas de lignito ubicadas en el Barranco Malo, de las que apenas quedan restos. Lucrecia (nº 3644) se registró el 30 de enero de 1865, y su Demasía en 1881. En1890 pertenecía a Lorenzo Laplana, trabajando en ella únicamente cuatro obreros, y La Concha (nº 193), a Pedro Martín. Explotaron las capas 1ª y 2ª mediante planos inclinados, sobre una extensión de 12 hectáreas.
En los años 30 pasaron a ser propiedad del empresario minero Gregorio Lancis, ambas unificadas bajo el nombre de Lucrecia, cerrándose por agotamiento del mineral a finales de los años 50. En su última etapa perteneció a Minera Martín Aznar, que la amplió con su 3ª Demasía, solicitada en 1985 y concedida en 1995.
Los planos inclinados se encuentran en la actualidad perdidos, y solamente es posible reconocer algún pocillo de ventilación cercano a la gran chimenea de ladrillo que aún se mantiene en pie y un par de edificios para transformadores eléctricos.