La explotación de hulla en la cuenca de Henarejos comenzó hacia 1855, manteniéndose de un modo bastante irregular hasta la primera década del siglo XX. Millstone Gritt fue registrada en 1909 por Ramón Domínguez, recibiendo el número 177, y aunque era la más rica de la zona, no hubo actividad firme en ella hasta 1923. La explotación sería adquirida un año más tarde por M. García-Jové, quien también registraría otras, como Pipiona y Ampliación a Millstone Grit. En 1930 estarían todas nuevamente detenidas.
Al retomarse en 1944 las obras del embalse de Benagéber, paralizadas durante la Guerra Civil, la empresa constructora, Portolés y Cía. se hizo con los derechos mineros de Henarejos, para así auto-abastecerse de carbón. A esta constructora se debe el Poblado Nuevo, levantado junto a la bocamina de Millstone Grit, y que contó con economato, horno, bar, viviendas e incluso cuartel para la Guardia Civil, además de todas las instalaciones necesarias para la mina, como talleres, oficinas, lampistería, cuadras, sala de bombas y compresores, tolva, etc.
Una vez finalizadas las obras del pantano, las cementeras de la zona siguieron consumiendo su hulla, hasta el cierre de la mina, acaecido en 1966. Posteriormente, a comienzos de los años 90, parte de sus escombreras y las de su vecina, San Jaime (antes llamada Negro Motor), fueron aprovechadas por la empresa leonesa EMERGICAR, paralizándose en 1995 toda actividad en ellas.
La historia completa y pormenorizada de las minas de Henarejos puede leerse en nuestra revista HASTIAL nº 1, 2011.