Esta antigua mina de carbón formó parte de un grupo minero integrado por diversas concesiones (Mª Antonia, Esperanza, Javiera, Isabel, Dolores, Poca Cosa, Mercedes, Manolita, etc.). Comenzaría a explotarse a finales del siglo XIX, siendo a comienzos del siglo XX cuando se haría cargo de las minas la sociedad Antracitas de Viñón.
En 1919 las propiedades se traspasaron a la S.A. Minas de Cabranes, que modernizó y amplió el grupo, dotándolo de ferrocarril, tolvas, cargaderos, lavaderos, etc. A partir de 1930, una vez disuelta aquella sociedad, las explotaciones pasaron a manos de particulares, siendo adquiridas en 1943 por la familia Antuña, quien las arrendaría en 1953 a la sociedad de González y Díez, S.R.L., creadores del Grupo Minero de Viñón.
El castillete del pozo, de 10 metros de altura, se levantó a comienzos de los años 50, para dar servicio a un plano inclinado de 50º, junto al que se construyeron los edificios de la lampistería, aseos, polvorín, etc. Todas estas construcciones desaparecieron en su reciente “restauración”.
La actividad extractiva se suspendió definitivamente en el verano de 1969, estableciéndose allí, en época muy reciente (2006-2010), un área recreativa en la que se encuentra el castillete, totalmente restaurado y “desfigurado”, al que se le han añadido algunos elementos no originales, como la escalera o la prolongación de la techumbre, con la pretensión de hacer de él un observatorio de aves.
El pozo se encuentra en la aldea de Viñón, junto a la carretera AS-255, junto al río Viacaba.