Escasos son los datos que se poseen de esta mina de mercurio, visitada ya por Rafael Cavanillas en 1846. Y si escasos son los datos, más escasos son aún los restos que de ella quedan. Algunos edificios en ruinas, una gran balsa para la recogida de aguas y su escombrera, con gran cantidad de cinabrio pero conquistada por la vegetación. La bocamina se encuentra perdida.
Estos restos se encuentran junto al barranco del Forcall, a escasos cincuenta metros de un alcornoque monumental llamado La Femella, junto al sendero que asciende hasta El Hembrar (Chóvar).