La explotación a gran escala del Filón Pelaguindas, que corría en paralelo al de El Mirador comenzó con los ingleses en 1865, al registrar Juan Carlos English, socio de la familia Haselden, las tres primeras concesiones sobre ellos: El Águila, La Graja y La Cigüeña. En 1869 se creó la Sociedad Especial Minera Río Grande, quien se haría cargo de las minas hasta 1886, cuando pasaron a ser propiedad de Centenillo Silver Lead Mining Co.Ltd., que las traspasaría en 1898 a una nueva sociedad, poco imaginativa en su denominación: New Centenillo Silver Lead Mining Co.Ltd.
El pozo Nuevo, sobre la concesión El Águila, sería profundizado en 1917, dando servicio exclusivo a las producciones de Pelaguindas, y llegando a alcanzar una profundidad de 584 metros, con 22 plantas.
En 1921 se hizo cargo de las explotaciones una nueva empresa: Minas del Centenillo, que las explotaría hasta 1952, fecha en la que fueron adquiridas por Peñarroya, continuando su laboreo hasta el cierre definitivo, en 1963.
Para acceder al pozo Nuevo, se perforaron tres socavones: Pelaguindas, D. Enrique y D. Francisco. Es del primero de estos del que ofrecemos algunas imágenes. Respecto a los otros dos, uno está completamente inundado y el otro desaparecido.