Este antiguo yacimiento fue investigado en 1794, a solicitud del Comisionado del Gobierno con el fin de abastecer de mineral de hierro la Fábrica de Armas de Trubia, quedando registrado a nombre de Marcelino M. Torres con el nº 243. Fue igualmente citado por Jovellanos en sus Diarios, señalando que el mineral era transportado hasta la fábrica mediante barcazas.
En 1844 la mina pasó a ser propiedad del Estado bajo en control del Cuerpo de Artillería, y hacia 1901 se hizo cargo de su explotación la Sociedad Minera de Castañedo del Monte. La mina, que se encuentra enclavada al pie de la Sierra de Buanga, en el paraje denominado Cauzo, es conocida igualmente con los nombres de Minas de la Parva o Mina Cuevaparda.
En ella se perforaron tres pozos, distinguiéndose cinco capas estratificadas en las areniscas ferruginosas, siendo la 1ª y la 5ª las más pobres, presentando leyes que oscilan entre el 40 y el 50% de Fe, rico en sílice y con algo de fósforo. Se estimó en ella una cubicación de 70 millones de toneladas.