Esta instalación industrial, abandonada en la actualidad, tiene sus orígenes en 1900, cuando la Hullera Vasco Leonesa construyó la factoría para la elaboración de azúcar, actividad que mantuvo durante un corto espacio de tiempo. Al constituirse en 1925 la Sociedad Española del Talco, se adquirieron los edificios para dedicarlos a planta de tratamiento del talco, extraído entonces en la mina San Andrés, y años más tarde, en la de La Respina.
Mina La Respina: planta de tratamiento de Boñar
Vista general del edificio (Fot. A. Mario Fernández, 2012)
AccederSan Andrés cerró en 1992 ante su falta de rentabilidad, manteniéndose la explotación a cielo abierto de La Respina hasta el año 2010, por agotamiento de las reservas. En la planta de Boñar, cerrada también en esa fecha, llegaban a tratarse cerca de 30.000 toneladas/año de esteatita. En sus modernas y mecanizadas instalaciones se envasaba el producto en sacos para de allí ser remitido hasta el puerto de El Musel, en Gijón, dónde la empresa poseía una gran nave de almacenamiento.
Mina La Respina: planta de tratamiento de Boñar
Detalle de la planta de Boñar, con su chimenea donde figura la fecha de 1900, año de su construcción (Fot. A. Mario Fernández, 2012)
AccederA partir del año 2000, Ibérica de Talcos pasó a formar parte de la multinacional Luzenac, integrada dentro del grupo anglo-australiano Rio Tinto Minerals, que la vendió a finales del año 2011 por 340 millones de euros al grupo francés Imerys Talc, actual propietaria de todas las instalaciones y concesiones mineras de talco de la antigua S. E. del Talco.
Mina La Respina: planta de tratamiento de Boñar
Naves de almacenamiento vacías (Fot. A. Mario Fernández, 2012)
AccederEl hermoso edificio de mampostería y ladrillo está previsto dedicarlo a fines turísticos, si el Ayuntamiento alcanza finalmente un acuerdo con Imerys.