Fue uno de los grandes grupos explotados a partir de 1910 por la Compañía Anglo-Hispana, junto a los de Bardaya y El Socavón, con un total de 2500 hectáreas. Contó con un ferrocarril propio de 55 cms de ancho, que comunicaba estas minas con los otros dos grupos y llevaba sus carbones hasta el lavadero de Matallana, con un trayecto cercano a los 4 kilómetros.
En 1930, todas las explotaciones fueron vendidas a Enrique Chávarri, quien poco después las traspasaría a Emilio del Valle, que las aportó a la SRC Valle y Díaz en 1934. En 1943, esta sociedad vendería sus propiedades a la Hullera Vasco-Leonesa, empresa que se encargaría en años sucesivos de ampliar y mejorar todos aquellos grupos mineros y que mantuvo activos hasta 1985. El de Picalín cerraría en 1967.
Sobre los años 90 se hizo cargo de este grupo, con objeto de deshullarlo, la empresa CARLENOR (LEXOMOSA), propiedad de Victorino Alonso, cerrándolo en el año 2000.