Ferrería de San Blas
Ruinas del único alto horno semi-conservado (Fot. A. Mario Fernández, 2013)
AccederLa Sociedad Palentina de Minas poseía hacía 1841 tres minas de carbón y una de hierro llamada La Imponderable en la zona de Sabero. En 1845, la sociedad se reconstituyó bajo el nombre de Sociedad Palentino-Leonesa de Minas, abordando entonces la construcción de unos altos hornos, conocidos como Ferrería de San Blas. El primero de ellos entro en funcionamiento en 1846-47, y el segundo en 1860.
Las instalaciones dispusieron de dos máquinas soplantes con 12 calderas de vapor, montadas sobre 20 hornos de cok y, aparte de estos, 40 más. Cada alto horno tenía una capacidad de producción diaria algo menos de diez toneladas de hierro. Existieron, además, diez hornos de pudelar y cuatro de refino. En la fundición se montaron cinco hornos para la producción de lingotes y uno para la fabricación de bronce. La maquinaria, procedente de Inglaterra, llegó hasta Sabero desde el puerto de Gijón en carretas tiradas por bueyes.
Ferrería de San Blas
Restos del alto horno, conocido como “El Huevo” (Fot. A. Mario Fernández, 2013)
AccederSan Blas se mantuvo en actividad hasta 1862. A finales del siglo XIX se hizo cargo de minas e instalaciones la empresa Hulleras de Sabero y Anexas, S.A., que reabrió las explotaciones de carbón. En la primera década del siglo XX, la lonja de laminación de la fábrica (llamada Plaza Cerrada) fue reconvertida en almacén y talleres, pasando después a albergar el economato y, ya en época reciente, se convirtió en pabellón deportivo municipal.
En 1991, las ruinas de este complejo siderúrgico, uno de los primeros instalados en España, fueron declaradas Bien de Interés Cultural, y desde el año 2008 acoge al Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León.
